Como cambian las cosas...

Cuando crecemos y dejamos de ser adolescentes, para pasar a la etapa entre ser jóvenes y adultos, llevamos consigo un sin fin de compromisos con los que empezaremos a vivir día con día. Un ejemplo de ello, es que el viernes, no me quería levantar. Alguna vez en la universidad, con el pretexto de que no tenía la primera clase, me quedaba dormida una o dos horas más. Ahora en el trabajo no se puede hacer eso, y más aún cuando tienes unos pequeños mounstritos en clase a las 7 de la mañana. Considera que me tengo que levantar a bañar, peinarme, arreglarme un poco (Solo un poco, jejeje) calentar el carro, y viajar 15 minutos al trabajo. Para los que viven en ciudades grandes, 15 minutos no son nada, pero en mi Irapuato querido, es atravesar media ciudad. Mi promedio de hora para levantarme cuando tengo clases a las 7, es a las 5:45 de la mañana, considerando que duró un promedio de 20 minutos en la regadera (Y a veces más porque el agua está calientita) otros cinco en peinarme, otros cinco a siete en pintarme un poquito (No tanto, no quiero parecer payasito) a veces como algo, otros diez minutos, cinco más en calentar el carro y 15 en llegar al colegio. Entonces sumamos el tiempo y te da la grandiosa cantidad de 55 minutos. De esta manera, llego 5 minutos antes del toque al colegio para recoger a mis mounstros y empezar la clase. Como verán las cosas ya no son lo mismo.
Con las obligaciones de igual manera: Lava los trastes, ayuda a hacer la limpieza, haz la comida, en fin. Antes solo nos preocupábamos de tener el cuarto recogido (O no tan tirado) y por hacer las tareas. Ahora ya no. Conforme pasan las distintas etapas de la vida, tenemos más obligaciones y compromisos.
Yo estoy por comenzar una nueva etapa, pues en poco menos de un mes, pasaré a cambiar el status marital, de ser solterita y sin compromiso, a ser toda una señora de casa y profesionista con marido, jejeje… y a tener ahora una nueva carga de compromisos y obligaciones, a atender además de mis compromisos como profesionista en mi trabajo, las obligaciones que mi casa y mi nueva vida de casada me demandará. Como ven, las cosas cambian, y lo que falta!!!
A que voy con todo esto… La vida sigue caminando, a veces lenta, a veces a pasos agigantados. Tenemos que ir adecuándonos a lo que se nos presenta cada día y sobre todo darnos cuenta de cómo pasa el tiempo… y seguirá pasando…
Saludos a todos y disfruten su día…